El Santísimo Cristo de la Paz, estrenado en 2024 bajo la hermandad del Hermano Mayor D. Ángel Herrero Ortiz, es una obra de gran relevancia para la Muy Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad. La escultura, realizada por Antonio Reiné, representa uno de los momentos más trascendentales del cristianismo: la crucifixión de Jesús, un acto de sacrificio y redención central en la doctrina cristiana.
Significado y representación
Según los Evangelios, la crucifixión de Cristo ocurre tras su condena por proclamarse Hijo de Dios y Rey de los judíos. Jesús recorre el camino al Gólgota cargando su cruz, es despojado de sus vestiduras, coronado de espinas y finalmente clavado en la cruz, donde permanece hasta su muerte, ofreciendo su sacrificio por la salvación de la humanidad.
En su obra, Reiné logra capturar la solemnidad de este acto, respetando las formas clásicas de la imaginería española. La figura de Cristo refleja la mezcla de humanidad y divinidad, presentándolo no solo como mártir, sino como redentor. La talla evoca la monumentalidad de los grandes crucificados de la tradición española, con un lenguaje visual que remite a los cánones manieristas y barrocos.
Estilo artístico
El escultor sigue un canon alargado en el cuerpo, inspirado en la estilización manierista de autores como Alonso Berruguete, otorgando a la figura nobleza y movimiento. La articulación de varios ejes del cuerpo rompe la verticalidad tradicional de la iconografía del crucificado, dotando a la escultura de un dinamismo que refleja la tensión y la profundidad del sacrificio de Cristo.
El Santísimo Cristo de la Paz es así un símbolo de fe, devoción y arte, que enriquece la Semana Santa y la vida espiritual de la cofradía, recordando la entrega y el amor de Cristo hacia la humanidad.
